Como sabemos en México la diabetes es un problema muy común entre sus habitantes. Aunque siempre nos enfocamos en las partes físicas y visibles, emocionalmente la diabetes puede impactar de una forma muy particular entre quienes la padecen.

Son muchísimos los cambios que sufre el cuerpo y la mente al padecer una enfermedad crónico degenerativa, pero hablar sobre lo que sentimos marca la diferencia entre un pronóstico favorable a uno que puede no ser tan positivo.

Es por ello que hoy queremos compartirte la historia de Maria, una mujer que quiere darle voz a todas esas cosas que pasan desapercibidas para quienes no viven la diabetes y como ella ha podido afrontar cada desafío para salir adelante.

Un día a la vez

María siempre ha sido una mujer activa y alegre. Disfrutaba de largas caminatas por el parque, cenas con amigos y la libertad de no preocuparse demasiado por lo que comía. Sin embargo, hace dos años, su vida dio un giro inesperado cuando le diagnosticaron diabetes tipo 2. Este diagnóstico no solo alteró su rutina diaria, sino que también le presentó una serie de desafíos que nunca había imaginado.

Uno de los primeros cambios que notó María fue en su piel. “Siempre he tenido una piel relativamente normal, pero desde que me diagnosticaron diabetes, he lidiado con una resequedad constante”, comenta. La diabetes puede afectar la piel, haciéndola más propensa a la resequedad y a infecciones. María ha tenido que adaptar su rutina de cuidado de la piel, utilizando cremas hidratantes más intensas y bebiendo mucha agua para mantener su piel lo más saludable posible.

Aprendiendo a auto inyectarse insulina

Otro gran desafío fue aprender a auto inyectarse insulina. “Al principio, solo la idea de tener que inyectarme me aterrorizaba”, recuerda María. Pero con el tiempo y mucha práctica, se ha convertido en parte de su rutina diaria. “Lo más difícil fue superar el miedo inicial. Ahora, es solo una parte más de mi día”. María ha aprendido a llevar siempre consigo su kit de insulina y a ser diligente con sus dosis, entendiendo que esto es crucial para mantener su nivel de glucosa bajo control.

Cambios en los hábitos alimenticios

Cambiar sus hábitos alimenticios ha sido quizás el reto más grande. “Solía disfrutar de dulces y comidas rápidas sin pensar demasiado en las consecuencias”, dice María. Ahora, ha tenido que adoptar una dieta mucho más estricta y equilibrada. “He aprendido a leer las etiquetas de los alimentos, a contar carbohidratos y a ser mucho más consciente de lo que pongo en mi cuerpo”.

Aunque algunos días son más difíciles que otros, María ha encontrado en la cocina saludable una nueva pasión y se siente mejor sabiendo que está haciendo lo correcto para su salud.

María admite que vivir con diabetes es una montaña rusa emocional. “Hay días en los que me siento increíblemente bien y otros en los que simplemente quiero rendirme”, confiesa. Sin embargo, ha aprendido a no ser demasiado dura consigo misma y a aceptar que cada día es diferente. “Lo importante es seguir adelante y no perder la esperanza”, asegura.

Para aquellos que también padecen diabetes, María tiene un mensaje de esperanza y aliento. “No están solos en esto. Es crucial que se cuiden y sigan las recomendaciones de sus especialistas. La diabetes puede ser difícil, pero con el apoyo adecuado y un poco de paciencia, es posible llevar una vida plena y saludable”. María destaca la importancia de realizar chequeos regulares y de mantenerse informados sobre su condición.

La historia de María es un testimonio de resiliencia y adaptación. A pesar de los desafíos que ha enfrentado, ha encontrado formas de vivir una vida plena y saludable. Su viaje con la diabetes es un recordatorio de que, aunque la vida con esta condición puede ser difícil, con el apoyo adecuado y una actitud positiva, es posible superar cualquier obstáculo.